martes, 5 de abril de 2011

Nada humano me es ajeno: Golpe a la autonomía de la UACM

Autonomía en la UACM

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Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Nada humano me es ajeno
México, D.F., lunes 4 de abril de 2011
A las y los universitarios, a la ALDF, a la opinión pública:
...
En mi incesante andar por las áreas de la educación, la ciencia y la tecnología,
el 7 de mayo del 2010 fui electa rectora de la Universidad Autónoma de la
Ciudad de México, una noble institución creada hace 10 años. Asumí mi trabajo
con responsabilidad, pasión y amor a los y las estudiantes, convencida hasta el
último aliento de vida de que las desdichas de este país tienen su raíz profunda
en la educación parroquiana, insuficiente y autocomplaciente que reciben
nuestros niños y jóvenes. Por ello, soy defensora pertinaz de la educación
pública, científica y humanista. Mi historia avala mi dicho. Además de mi
carrera como maestra y como científica, he participado en la creación de
instituciones y de programas importantes en México, como el Instituto de
Ciencia y Tecnología del D.F. (ICyTDF), la Secretaría de Planeación del
Cinvestav-IPN, los Programas Multidisciplinarios de Biomedicina Molecular en
el Cinvestav IPN, en Cicata-IPN y en las Universidades Autónomas de Ciudad
Juárez y de Chihuahua, entre otras. Bajo mi dirección se han formado más de
80 jóvenes científicos, todos y todas productivos. Hecho que me enorgullece.
Aprendí a concebir y a fraguar las estrategias para recoger los mejores frutos
del trabajo y sé reconocer cuando las hipótesis y las acciones fallan y hay que
buscar nuevos caminos. Consecuentemente, después de casi un año como
rectora de la UACM me convenzo, con preocupación, de la dificultad para
realizar proyectos simples o de envergadura que coadyuven a cumplir con sus
objetivos y su misión. El 80% de la comunidad decidió que yo debía ser la
rectora, pero los grupos políticos enclavados en la UACM por 10 años, hoy en
busca de plataformas para los próximos procesos electorales, y la carencia
premeditada de reglamentos que normen el trabajo y la vida universitaria,
hacen casi imposible realizar cualquier tarea. Para mantener la casa en paz, la
única posibilidad sería la de dejar hacer y dejar pasar lo que sea. Mi formación
de ciudadana responsable y mis compromisos con quienes confiaron en mí, me
impiden asumir esa actitud.
Entre los magros logros obtenidos, este año, con el apoyo del ICyTDF,
posiblemente titularemos 353 estudiantes, los cuales, sumados a los 47 que se
titularon en los 9 años anteriores nos darán 400. Cifra bajísima para una ciudad
urgida de espacios universitarios para un cuarto de millón de jóvenes cada año,
y, que, además, necesita formar nuevos ciudadanos y ciudadanas preparados
para construir una sociedad con menos pobreza, menos ignorancia, más
equitativa y menos violenta que la que nuestra generación edificó.
Hicimos un estudio detallado de la situación académica individualizada para
cada estudiante y normalizada para su tiempo de permanencia en la UACM,
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Nada humano me es ajeno
para todas las carreras, el cual develó lo que llamamos Coeficiente de
Desempeño Académico (CDA) de cada alumno de licenciatura. El CDA se
midió como la relación entre la situación actual del estudiante, dividida entre lo
que se espera de él, de acuerdo al número de materias que debe certificar por
año. Los resultados muestran que el 52% de los estudiantes inscritos entre el
2001 y el 2009 y activos hasta el 2011 (10,697 estudiantes), tiene un CDA
menor a 2.5 en una escala del 0 al 10, y solo alrededor del 15% tiene un CDA
por encima de 5.0. La mitad de los 10,697 estudiantes analizados tienen una
permanencia en la UACM mayor al período suficiente para cursar su carrera
una vez y algunos tienen ya casi 2 o 2.5 períodos cumplidos o por cumplir y les
falta trecho. Soy enfática en afirmar que la responsabilidad no recae
mayoritariamente en los estudiantes, ni siquiera en la baja preparación con que
pudieran llegar a la UACM. El papel de la institución es poner los medios para
que los educadores resuelvan las carencias académicas y hagan que el
potencial ingente de nuestros jóvenes se manifieste y se desarrolle. Sería
terriblemente discriminatorio pensar, como pretenden algunos para justificar la
calamidad, que nuestros estudiantes son menos capaces que otros, o bien, que
el problema es económico. Mi experiencia es que la enorme mayoría de los
estudiantes de la UACM son inteligentes y sensibles, muchos y muchas son tan
inteligentes que, a pesar de las circunstancias, avanzan bien en su carrera.
Sin duda alguna, la mayor responsabilidad del desastre, recae en la institución
y en quienes han tomado las decisiones. No se ha sido capaz de construir el
andamiaje para que los jóvenes transiten de la mejor forma por las aulas y los
laboratorios con excelentes profesores y los mejores métodos de aprendizaje y,
así, cierren el ciclo de su formación universitaria de manera exitosa. El
descalabro educativo que vive la UACM, se debe al descuido imperdonable
que se ha tenido con los jóvenes.
He de decir que se ha hecho creer a muchos estudiantes de la UACM que
terminar una carrera no es uno de los objetivos de asistir a la universidad, y así,
pueden avanzar tan lentamente como quieran o puedan (ver Avilés Jaime,
Desfiladero, La Jornada, 2 de abril 2010). Ser libre y ser
“anti-neoliberal”, de acuerdo con quienes sustentan estas ideas, que seguramente no aplican en la
educación de sus hijos e hijas, significa que no existan reglas ni requisitos en la
formación de los y las jóvenes, más allá del necesario desarrollo de amor por el
conocimiento, aunque no dicen cómo se cultiva ese amor. Cada quien como
quiera o como pueda. ¡Vaya receta! Juego perverso, en el que las exigencias
no pasan de reclamos leves, porque al final todos viven en el confort de la no
rendición de cuentas, pero se malbaratan los sueños y los anhelos de los
jóvenes, quienes a veces, por desgracia, caen en el juego, como caen en el de
la propaganda televisiva, y viven el espejismo de que están en el mejor lugar y
en las mejores condiciones para educarse. Pero un modelo de educar que no
forma personas críticas ni comprometidas con la sociedad, puesto que no les
fomenta la conciencia de sus obligaciones con quienes invierten recursos para
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su formación, es solo un remedo de educación. Las familias mandan a sus
hijos e hijas a la universidad, confiadas en que la institución los va a amparar y
a preparar para sobrevivir en este país lleno de peligros y necesitado de
esperanzas. Las madres y los padres, en su angustia, se aferran a la
convicción sobre el compromiso social de los maestros y la fortaleza y probidad
de las instituciones. Y, les fallamos. Podría yo estar equivocada, pero invito a
los estudiantes a pedir opinión al respecto en casa, para saber que piensan
quienes más los quieren.
Por otra parte, la UACM tiene buenos profesores, algunos excelentes y muy
comprometidos con la educación pública. Todos están aceptablemente bien
pagados (sueldo bruto: 39,870 pesos mensuales, sin diferencias por
preparación o experiencia y más del 90% con tiempo completo y otros
indebidamente con un tiempo completo más en otras instituciones), pero la
institución carece de una estructura que permita reconocer su trabajo y
encomendar tareas a los encargados de las licenciaturas, porque no existen
tales encargados. La vida académica de la UACM se ha organizado en
academias temáticas y no hay responsables de las carreras completas que
analicen y evalúen planes integrales y den cuenta de los resultados.
La situación se vuelve delicada porque el presupuesto público que se ha
otorgado a la UACM, además de los inmuebles, asciende en estos 10 años a
5,476 millones de pesos. Esta responsabilidad, que empieza a ser mía, la he
enfrentado con propuestas que caen en el vacío de la grilla, los intereses
grupales que han tomado como consigna oponerse violentamente a todo, a
cualquier criterio de productividad, eficiencia, evaluación y calidad educativa, a
la simple la realización de un festejo, a la elaboración de mallas horarias, o a la
creación de necesarios espacios académicos, y, desde luego, no niego mi
frustración, al no poder hacer más por la UACM. Tengo claro, además, de que
si no tomo decisiones adecuadas, pronto me empezarán a endilgar la total
responsabilidad de este fraude educativo, por seguir aplicando una receta
fallida. Lo cual me resulta inaceptable.
Por otra parte, para empeorar el caso dentro de la universidad, la Comisión de
Educación de la ALDF decidió en días pasados proponer cambios a la Ley de
Autonomía de la UACM, sin notificarme a mí ni al Consejo Universitario, en un
acto de agravio a la autonomía universitaria. Los cambios consisten en que el
rector pueda reelegirse por un período más, que pueda contratar a su personal
de confianza y que su figura sea parte de la Ley de Autonomía de la UACM.
Esto, totalmente ajeno a mí, ha sido usado y probablemente propiciado por
grupos con intereses internos y externos, para crear problemas a la
administración de la UACM. Jaime Avilés, amigo de los organizadores de éste
y otros eventos que incluyen patadas a las puertas y gritos estridentes en actos
académicos, personifica parte de la infamia. Cada vez que tiene oportunidad,
se ocupa de mi persona en su columna “Desfiladero” de
La Jornada, para 4
Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Nada humano me es ajeno
difamarla. Además de la falta de ética al escribir lo que le dictan sin comprobar
su veracidad, no acepta réplicas ni aclaraciones. Lo que el dice “es la verdad”
porque, desde su visión, los otros no pertenecen a la izquierda y solo su
palabra es democrática. En múltiples ocasiones hemos escrito otros y yo al
Correo Ilustrado
para desmentir estos dichos inicuos pero esas cartas no han
tenido la fuerza necesaria para conceder el derecho universal de la réplica.
Pero tampoco es razón para perder la esperanza en otra izquierda congruente,
honesta y constructiva.
Ratifico mi convicción de siempre de que la autonomía universitaria es parte
sustancial de las universidades públicas, indispensable para el proceso de
formación de ciudadanía en los y las jóvenes. Si vulneramos la autonomía
universitaria, vulneramos a la propia universidad. Por tanto, exhorto a los y las
diputados al diálogo con el Consejo Universitario de la UACM como la forma de
resolver sus dudas sobre nuestra casa de estudios. Deben tener presente que
los universitarios defendemos la autonomía como parte de nuestra esencia.
Afirmo, con convencimiento, que la capacidad de autogobernarse es un
requisito para cumplir la misión de la universidad. La UACM no ha cumplido,
pero parte de la responsabilidad corresponde a los diputados y diputadas de
las Legislaturas de los últimos 10 años, al no tomar a tiempo las medidas
necesarias para evitar llegar a este estado deplorable. Ahora, la comunidad
universitaria debe encontrar el difícil camino para salir adelante y resarcir el
daño causado a los y las jóvenes que llegaron a la UACM llenos de ilusiones a
realizar una carrera, pero al ritmo que llevan, a algunos les tomará 20 años
terminarla. La UACM ha de trabajar arduo para construirse ella misma y para
que la sociedad de la Ciudad de México le perdone la falta de cuidado con los
recursos provenientes del trabajo de sus ciudadanos, pero particularmente con
sus hijos. A la ALDF y al Gobierno del D.F. les toca, dentro del total respeto a la
autonomía universitaria, apoyar a la UACM con presupuesto,
recomendaciones, construcción de infraestructura y laboratorios y aumento
sustancial de la matrícula. Por otra parte, si corresponde, y a quien le
corresponda, deberá aplicar las sanciones a que haya lugar por la
irresponsabilidad en la actividad más sensible de la sociedad: la educación de
sus hijos e hijas. La UACM es una institución fundamental para la Ciudad de
México, no la dejemos perder entre la corrupción, la impunidad y la demagogia.
Nada humano me es ajeno
Esther Orozco
Rectora de la UACM

domingo, 3 de abril de 2011

Nace El Clarin: Órgano de expresión del Frente en Defensa de la Autonomía de la UJED


Los 15 y el botón

LA FUERZA DEL BOTÓN .…….
    Hace algunas semanas, vía Alberto Terrones, unos solidarios amigos de la UNAM nos mandaron un millar de  un lindísimo botón amarillo con la leyenda: UJED Yo son 1 de los  15. Esto, como respuesta al conteo de Tomás Castro según el cual los inconformes con el albazo del Congreso del Estado y sus consecuencias, somos sólo 15.
    Los mil botones se distribuyeron y faltaron.
    El punto es si nos hemos dado cuenta del efecto del Botón. Quienes lo hemos portado todo el tiempo nos habremos percatado de lo que este provoca. Nuestro Botón genera: gusto, enojo, rechazo, orgullo, complicidad, satisfacción, alegría y miedo.  El Botón es compromiso y es convicción, por eso da tanto temor a la contraparte, pues ella no tiene esta fortaleza. Nuestro botón tiene más fuerza que un guarura, por eso llegan varios cuando piensan  que algunos del Frente, con sus amarillos botones,  van a estar presentes en algún lugar. ¿Qué tal que van los quince?
        PONGÁMONOS EL BOTÓN TODOS LOS DÍAS
Saludos
Ma. Guadalupe Rodríguez L.



Se dice que son solo quince…

Alberto Terrones González

El Sr. Tomás Castro Hidalgo dijo que son sólo quince los inconformes a su proyecto de universidad.

Solamente son quince los que no se han conformado,
solamente serán sólo quince los que no bajan la cabeza,
solamente quince los que piden la justicia.
Quince con una obsesión de autonomía.

Quince ante una lucha desigual,
contra tres poderes ominosos.
Quince que luchan por una verdad cercada,
y con una verdad distorsionada.

Quince que sí son escuchados por el resto del país.
Quince que somos coartados en nuestro discurso y pensar.
Yo quiero ser de los quince que si piden libertad.
De los quince estoy seguro que seguimos una lucha.

Pero quiero ser de los quince que no pierden la esperanza,
de continuar algún día en una cátedra libre y dé confianza y albedrío…
De pensar y discernir, con presencia de una entrega,
a un alma mater, sin desvíos e inconsciencias.

Esto lo he vivido nuevamente, y seguiré gritando ¡Autonomía!
Ingeniero Barros Sierra, rector, maestros y estudiantes,
Nuestro grito también fue el silencio en ese año del 68.
Viva ahora la Universidad Juárez del Estado de Durango.

Ser de los quince que no se esconden y dan la cara.
Quince somos todos, somos…
Ciento cincuenta
Mil quinientos
Ciento cincuenta mil
Un millón quinientos mil
Somos

CEREMONIA, DESAGRAVIO AL LEGADO DE JUAREZ: UJED 2011

Discurso del Lic. Enrique Arrieta Silva (IIJ-UJED)


Palabras de Mar Grecia Olivo (Alumna FADER-CIPO-UJED)
Parte 1

 
Parte 2



Discurso del Lic. Contreras Casas (CCH-UJED)



Ofrendas a Benito Juárez por miembros del Frente en Defensa de la Autonomía de la UJED en su emotiva ceremonia


"Los hombres no son nada, los principios lo son todo" -Benito Juárez